Productos orgánicos en Túnez: una solución contra pesticidas excesivos

Crisis de sandías en Túnez: Pesticidas y rumores amenazan la temporada agrícola

Agricultores en la región de Jendouba, en el noroeste de Túnez, enfrentan un desafío inesperado esta temporada de sandías. A pesar de la abundancia de productos listos para la cosecha, los precios han caído drásticamente, casi un 50%, debido a preocupaciones sobre la salud relacionadas con su consumo.

Los rumores que circulan en las redes sociales afirman que las sandías contienen niveles peligrosos de nitratos y pesticidas, lo que ha llevado a muchos consumidores a evitar esta fruta popular. Sin embargo, estas preocupaciones se basan en la realidad del uso de pesticidas en el país. De más de 200 pesticidas autorizados en Túnez, aproximadamente 50 se consideran potencialmente cancerígenos, mutágenos o reprotóxicos según la Unión Europea.

Allala Jamai, un empresario local, destaca la gravedad de la situación: “En Túnez existe un grave problema debido al abuso de pesticidas, tanto para los consumidores como para la salud de los agricultores”. Para hacer frente a esta crisis, ha lanzado un proyecto en Ghardimou, su pueblo natal, enfocado en la producción agrícola ecológica y la creación de empleos en la región, que enfrenta altos niveles de migración.

El proyecto busca promocionar productos cultivados sin pesticidas a través de su propia marca, Horr, que simboliza la idea de "libertad" en árabe. Jamai se esfuerza por crear una cultura agrícola sostenible que rompa con el ciclo de deuda que enfrenta la mayoría de los agricultores, quienes atribuyen su dependencia de los pesticidas a la presión económica.

Por otro lado, Buzaina Jamai, responsable de un laboratorio independiente, menciona que, aunque el concepto de "horr" implica que los productos no usan pesticidas, no debe confundirse con las exigencias más estrictas de la certificación orgánica. El riesgo de contaminación por productos químicos de cultivos vecinos puede comprometer la seguridad de los productos, lo que complica la tarea de los agricultores comprometidos con prácticas ecológicas.

El análisis del uso de pesticidas en el país ha revelado cifras alarmantes: un estudio de 2020 encontró que el 22% de los pesticidas utilizados son considerados "altamente peligrosos". Un 94% de las uvas analizadas presentaron niveles de pesticidas que superaban el estándar de seguridad de la Unión Europea. Estos hallazgos plantean preocupaciones sobre la salud pública y los efectos nocivos, incluyendo enfermedades como el cáncer y problemas de fertilidad.

Monia Mannai, farmacéutica de Ghardimou, subraya la grave situación. “Es común que los agricultores vengan con problemas respiratorios”, afirma, destacando las altas tasas de enfermedades en la población, coincidiendo con el uso excesivo de pesticidas en la agricultura local. Aunque no se ha establecido un vínculo directo entre pesticidas y el aumento de cáncer, se están llevando a cabo estudios que indican que esta problemática podría ser parte de la explicación del resurgimiento de enfermedades en el país.

La falta de regulación y supervisión en el uso de pesticidas es una cuestión crítica. Lamia Nasri, de la Unión Tunecina de Agricultura y Pesca, arguye que el papel del Estado es fundamental para controlar la situación. A pesar de las erradicaciones recientes de pesticidas considerados peligrosos, sigue existiendo un desafío en la implementación de normativas efectivas y el acompañamiento adecuado a los agricultores en el cumplimiento de estas.

A través de su iniciativa, Allala Jamai busca crear un espacio para que los productores adquieran productos éticamente cultivados y con certificación, elevando su valor en el mercado y proyectando la visibilidad internacional de la agricultura tunecina. En la actualidad, alrededor de un centenar de agricultores ya participan en este proyecto, con la ambición de atraer a más de mil en un futuro cercano.

Con un enfoque en el desarrollo sostenible y la producción ecológica, el futuro de la agricultura en Túnez puede transformarse, brindando no solo seguridad alimentaria, sino también salud y oportunidades para la comunidad. La construcción de laboratorios, la capacitación de agricultores y el acceso a infraestructuras adecuadas son pasos cruciales hacia un cambio significativo en el sector agrícola del país.