La ONU condena la invasión de Israel a base libanesa.
La tensión en el sur de Líbano se intensifica tras un incidente entre el ejército israelí y las fuerzas de paz de la ONU, Unifil. Este hecho ha reavivado las dudas sobre la misión de la organización internacional en la región.
La ONU comunicó que dos tanques de tropas israelíes realizaron una incursión no autorizada en una de sus bases de paz en el sur de Líbano. Según reportes, los vehículos blindados destruyeron la entrada del recinto y permanecieron en su interior durante 45 minutos, exigiendo que se apagaran las luces de la base. Este acto fue interpretado como una violación de la inviolabilidad de las instalaciones de la ONU. En respuesta, el secretario general de Unifil, Aroldo Lázaro, reiteró la necesidad de respetar la seguridad del personal de la organización.
Poco después de este incidente, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, instó a la ONU a retirar sus fuerzas de la región, alegando que se utilizaban como «escudos humanos» por parte de la milicia chiita Hezbollah. Estos comentarios se producen en medio de un clima de creciente tensión, acentuada por una serie de ataques recientes que han causado heridas a más de 60 personas en territorio israelí, lo que representa el ataque más numeroso desde el inicio del conflicto exacerbado en octubre.
Las actividades de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) en el sur del Líbano han sido justificadas por su necesidad de evacuar a soldados heridos mientras están bajo fuego enemigo, según la versión oficial israelo. Sin embargo, la ONU calificó esta justificación como inadmisible, enfatizando que tales incursiones ponen en peligro la vida de los efectivos de Unifil, quienes han sufrido síntomas de exposición a humo tras los recientes ataques.
El sábado, las FDI también interceptaron ataques con drones lanzados por Hezbollah, lo que intensificó aún más la situación en la frontera. Los informes indican que incluso antes del ataque, se habían recibido quejas sobre condiciones inseguras para el personal de paz. Unifil demarcó que han repetido su advertencia a las FDI con respecto a la obligación de proteger a sus fuerzas y las instalaciones de la ONU, llamando a la calma en una región donde la violencia se ha vuelto habitual.
Netanyahu, en un mensaje grabado, insistió en que las operaciones de Unifil deberían reducirse o desembarcarse, argumentando que la presencia de los cascos azules compromete la seguridad israelí al servir de refugio a Hezbollah. «La misión de Unifil debe ser reevaluada. Si continúan operando en zonas de combate, se están convirtiendo en rehenes de Hezbollah», declaró el líder israelí.
La comunidad internacional también ha comenzado a mostrar preocupación. Más de 30 países que forman parte de la misión de Unifil emitieron una carta condenando los ataques sufridos y reiterando el apoyo a la misión, que consideran crucial para la estabilidad en la región. El Papa Francisco también se unió al llamado por el respeto a la seguridad de las tropas de paz, enfatizando que el diálogo es esencial para evitar una mayor escalada en el conflicto.
La situación en el sur de Líbano es particularmente delicada; las tensiones han aumentado desde que Hezbollah comenzó sus bombardeos contra Israel en octubre, justo después de que estallaran las hostilidades en Gaza. Estados como Francia y España, que contribuyen con tropas a Unifil, están preocupados por el impacto que la violencia tiene no solo en la misión de paz, sino en la estabilidad general de la región.
El conflicto actual recuerda a las incursiones previas y las guerras pasadas entre Israel y Hezbollah, lo que reitera la urgente necesidad de un diálogo efectivo. A pesar de las presiones y los llamamientos a la retirada de Unifil, la ONU ha afirmado que continuará su misión para asegurar una paz duradera en el sur de Líbano. En un clima de creciente violencia y polarización, cada acto de agresión provoca nuevos cuestionamientos sobre el futuro de la misión de paz y la seguridad en la región.