Internamiento de 4 años para adolescente con explosivos en casa.
Detención de Menor en España Prevenía un Atentado Yihadista con Explosivos Caseros
La Audiencia Nacional española ha condenado a un joven de 16 años a cuatro años y medio de reclusión, junto a cinco años de libertad supervisada, por haber estado preparando explosivos en su domicilio en Sevilla con la intención de llevar a cabo un atentado yihadista. La sentencia refleja una clara preocupación por la creciente radicalización de individuos jóvenes hacia ideologías extremistas en el contexto europeo.
El juez José Luis Castro, magistrado del juzgado central de menores, determinó que el joven había mostrado signos de radicalización desde febrero de 2023, alimentando su ideología a través de contenidos extremos en línea. En conversaciones de Telegram, interceptadas por las autoridades, el menor hacía referencias explícitas a sus intenciones, como detonar explosivos en una comisaría y fabricaba diversos compuestos explosivos, incluyendo pólvora, nitroglicerina y TNT, llegando a describir su deseo de convertirse en un "mártir".
La investigación de la Policía comenzó en febrero de 2023, pero se intensificó tras una llamada anónima en noviembre que alertó sobre el interés del joven en la fabricación de explosivos. Esta comunicación señalaba su apoyo al Estado Islámico, además de relatar cómo había fabricado un detonador casero. Un testigo protegido, que había estado en contacto con el menor, reveló que su fascinación por lo militar lo había llevado a utilizar vestimenta de camuflaje, alimentando aún más las inquietudes de las autoridades.
Las pistas sobre su preparación se intensificaron en enero de 2024, cuando la Policía le siguió hasta una zona rural donde se deshicieron de varios objetos relacionados con la fabricación de explosivos. La situación culminó el 21 de enero, cuando las autoridades decidieron intervenir y realizar un registro en su hogar, encontrando evidencias que, según los expertos, frustraron el plan más avanzado para llevar a cabo un atentado en España en años recientes.
Dentro de la residencia del menor, se descubrieron componentes utilizados para fabricar el extremadamente peligroso explosivo casero conocido como TATP, que había sido utilizado anteriormente en otros atentados terroristas, incluyendo los ataques en Barcelona en 2017. A medida que los investigadores profundizaban en las pruebas recolectadas, evidencias del peligro inminente se hacían más claras: la presencia de un “secador de explosivos” y productos que confirmaban su preparación para un ataque inminente.
Además de los explosivos, la Policía también encontró anotaciones que indicaban cómo elaborar diversos explosivos y un machete en su casa. En su teléfono móvil, se hallaron archivos que incitaban a la yihad global y material que evidenciaba su compromiso con la causa, incluyendo imágenes de armas y menaje explosivo. La profundidad de su investigación personal en la fabricación de explosivos caseros fue descrita por el juez como un estudio “exhaustivo”, lo que subraya la dedicación del joven hacia el extremismo.
La historia del menor comenzó en Damasco, Siria, país que abandonó en 2014 debido al conflicto armado. Tras un arduo viaje que incluyó pasos por Turquía y Grecia, llegó a España en 2016 como refugiado. La resolución judicial analiza su entorno familiar y destaca que el joven siempre careció de un apoyo emocional sólido, lo que contribuyó a su eventual radicalización. Se señala que el menor muestra características de conducta preocupantes, incluyendo una resistencia emocional y una normalización de la violencia, elementos que hicieron que su adaptación social fuera aún más difícil.
Esta condena refleja no sólo el peligro que representa el proceso de radicalización entre los jóvenes, sino también la necesidad urgente de políticas efectivas que aborden este fenómeno. Las autoridades temen que la combinación de aislamiento social y acceso a ideologías extremas en Internet pueda convertirse en una fórmula peligrosa que enfrente a Europa con la potencialidad de nuevos ataques terroristas. Se requieren esfuerzos concertados para desradicalizar a jóvenes como el condenado y así prevenir futuros incidentes que confluyan con el extremismo violento.