Día Mundial de la Alimentación: Construyendo un futuro equitativo y sostenible.
El Día Mundial de la Alimentación, celebrado recientemente, pone de relieve la urgente necesidad de abordar los desafíos críticos del sistema alimentario global. La combinación de crisis climática y conflictos bélicos amenaza la agricultura, esencial para la supervivencia de millones de personas en todo el mundo.
En un contexto donde el cambio climático provoca fenómenos meteorológicos extremos, como sequías e inundaciones, la producción de alimentos enfrenta severas interrupciones. Un claro ejemplo es la reciente volatilidad de los precios del arroz, un alimento básico que sustenta a más de la mitad de la población mundial. En 2022, las inundaciones en Pakistán impactaron significativamente el suministro global de arroz, aumentando los precios y afectando negativamente los presupuestos familiares en países que dependen de este cereal.
A esta crisis alimentaria se suman los conflictos en varias partes del mundo, como en Ucrania y Gaza, que agravan la situación al provocar desplazamientos masivos, destruir medios de vida y perturbar economías agrícolas e industriales. Según informes recientes, 258 millones de personas enfrentan graves problemas de inseguridad alimentaria, especialmente en regiones vulnerables y en crisis.
El Informe sobre las Crisis Alimentarias Mundiales 2024 resalta la magnitud de los desafíos para erradicar el hambre de aquí a 2030. La inseguridad alimentaria no sólo afecta la salud y la economía, sino que también genera un clima de inestabilidad que puede desembocar en violencia y conflicto, creando un círculo vicioso difícil de romper.
Durante la reciente Cumbre +2 de las Naciones Unidas sobre Sistemas Alimentarios, el secretario general António Guterres enfatizó que “los sistemas alimentarios mundiales están rotos y miles de millones de personas están pagando el precio”. Guterres subrayó que los problemas que enfrentamos son producto de decisiones humanas y no inevitables, llamando a la comunidad internacional a actuar.
Con el objetivo de transformar los sistemas alimentarios, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) aboga por un enfoque sistémico que se centre en cuatro áreas clave: fortalecer la gobernanza, abordar factores insostenibles, construir cadenas de valor justas y proporcionar financiamiento sostenible. Estrategias como la reforma de la brújula política en Ecuador y la creación de plataformas sostenibles en Indonesia son ejemplos de cómo un enfoque innovador puede alinear la conservación ambiental con el desarrollo socioeconómico.
La Gran Cruzada Nacional por la Nutrición en Guatemala, una colaboración entre el PNUD, Unicef y el Programa Mundial de Alimentos, ejemplifica cómo la movilización de recursos financieros y la colaboración entre diferentes actores pueden ayudar a combatir la desnutrición crónica. Este tipo de iniciativas son cruciales para la consecución de un futuro donde la seguridad alimentaria sea una realidad para todos.
Para superar estos desafíos, es esencial adoptar una visión colaborativa entre las agencias de la ONU, instituciones financieras internacionales y otros actores clave. Conmemorar el Día Mundial de la Alimentación implica recordar el legado de derechos alimentarios consagrado en la Declaración Universal de Derechos Humanos. La comunidad internacional ahora más que nunca debe derribar las barreras que restringen el progreso y construir un sistema alimentario global que sea inclusivo, sostenible y resiliente para el beneficio de las personas y el planeta.