Jamenei clama venganza por asesinato de Nasrallah: «Impunidad no será aceptada»
Irán amenaza con represalias tras el asesinato de Hasan Nasrallah, líder de Hezbolá, en un ataque israelí en Beirut
En un evento que podría marcar un punto de inflexión en el conflicto de Oriente Medio, Irán ha prometido venganza tras el asesinato de Hasan Nasrallah, líder de Hezbolá, en un ataque aéreo israelí hace tres días. Este suceso ha desatado una ola de protestas en Irán y ha aumentado la tensión en la región.
El ayatolá Ali Jamenei, líder supremo de Irán, ha declarado un luto oficial de cinco días y ha afirmado que "la sangre de Nasrallah no quedará impune". Sus comentarios se produjeron durante una serie de manifestaciones masivas en varias ciudades iraníes, donde los ciudadanos clamaban por represalias contra Israel y Estados Unidos, a los que consideran cómplices en este ataque. Jamenei también advirtió que los enfrentamientos contra Israel se intensificarán, subrayando la importancia de Nasrallah como símbolo de la resistencia en la región.
Mientras tanto, la comunidad internacional observa con preocupación. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha expresado su apoyo a las acciones de Israel y ha calificado la muerte de Nasrallah como una "muestra de justicia" por los ataques mortales que él y su grupo han perpetrado. Biden también ha estrechado la colaboración militar con Israel, ordenando a sus fuerzas reforzar las líneas defensivas en Oriente Medio para prevenir una escalada regional del conflicto.
El presidente iraní Masud Pezeshkian no tardó en reaccionar, acusando a EE.UU. de complicidad en el ataque. De acuerdo con las fuentes oficiales, en el mismo bombardeo que mató a Nasrallah también fue asesinado el general Abbas Nilfrushan, un alto mando de la Guardia Revolucionaria iraní. Esto ha visto a varios líderes políticos de la región unirse en condena al ataque, reflejando la alarma que este incidente ha desencadenado.
Las manifestaciones en Irán no se limitaron a las grandes ciudades; también se llevaron a cabo en localidades como Isfahan y Mashhad, donde los ciudadanos ondeaban banderas iraníes, palestinas y de Hezbolá. Este conjunto de gestos reafirma la alianza entre Irán y sus aliados regionales en el denominado “Eje de Resistencia”, que incluye a grupos como Hamás y los hutíes de Yemen, todos organizados en torno a la lucha contra el Estado de Israel.
Desde que comenzó la guerra en Gaza, el 7 de octubre de este año, la posibilidad de una mayor intervención de Irán ha aumentado considerablemente, especialmente tras el ataque sin precedentes que lanzó Teherán contra Israel en abril, utilizando drones y misiles. Este ataque fue una respuesta al asesinato de varios comandantes militares iraníes en un atentado en Damasco, lo que ha generado una atmósfera de creciente tensión en toda la región.
En respuesta al asesinato de Nasrallah, y como medida de contención, Estados Unidos ha reforzado su postura en la región. El presidente Biden ha instado a trabajar mediante “canales diplomáticos” para abordar la situación en Gaza y el Líbano, y ha indicado que se están buscando acuerdos para minimizar las amenazas en la región. Su enfoque ha sido claro: proteger a Israel y pacificar la región, aunque la estrategia puede verse amenazada por las represalias que promete Irán.
Mientras tanto, la conmoción por el asesinato de Nasrallah ha resonado también en otros países de la región. Irak ha declarado luto y su primer ministro, Mohammed Shia al-Sudani, ha criticado la escalada del conflicto, indicando que este ataque pone en riesgo la seguridad de toda la región. Siria, por su parte, ha emitido una declaración de luto y ha calificado el ataque israelí como una "brutal agresión".
El panorama geopolítico en Oriente Medio se encuentra en un momento crítico. Con el trasfondo de protestas en Teherán y un fuerte respaldo militar de EE.UU. a Israel, la región enfrenta una compleja red de alianzas y conflictos que podrían derivar en una nueva escalada de violencia. La comunidad internacional espera que la política diplomática de Biden logre disminuir la tensión, aunque la sombra de la venganza de Irán se cierne ominosamente sobre todos los actores involucrados. Las próximas semanas serán decisivas para determinar el rumbo del conflicto, y el mundo observa con atención los movimientos en este agitado tablero regional.