Colin Allred y Ted Cruz se acusan de extremismo en Texas.
En Texas, la polarización política se ha intensificado en la contienda por el Senado entre el actual titular, Ted Cruz, y el retador demócrata Colin Allred. Durante un tenso debate de una hora, ambos candidatos expusieron sus visiones contrapuestas, revelando la falta de consenso en un estado históricamente dominado por el Partido Republicano.
Colin Allred, un exjugador de fútbol americano convertido en abogado de derechos civiles, buscó posicionarse como un candidato moderado en contraste con Cruz, quien ha estado en el Senado durante 12 años y se considera parte de la ala más conservadora del partido. «Soy el texano más bipartidista en el Congreso y soy todo lo contrario de Ted Cruz, quien es el más extremo en el Senado», afirmó Allred en un momento clave del debate, subrayando su intento de atraer a los votantes moderados y republicanos descontentos.
Por su parte, Cruz no se quedó atrás al descalificar a Allred, sugiriendo que su elección podría acarrear consecuencias desastrosas para el estado. «Allred quiere destruir lo que tenemos en Texas porque comparte los valores con Nancy Pelosi y Kamala Harris», argumentó. En una clara señal de su estrategia, Cruz advirtió que su derrota permitiría a los demócratas modificar reglas legislativas fundamentales y expandir el número de estados, lo que transformaría a Texas en un «estado azul».
El debate también abordó temas candentes como el aborto y la migración, áreas donde los desacuerdos son profundos. Allred cuestionó la autenticidad de Cruz como un defensor de la vida al citar el aumento de la mortalidad materna y casos de mujeres obligadas a dar a luz tras ser víctimas de violación. En respuesta, Cruz se eludió a dar respuestas claras sobre si apoyaría excepciones en casos de violación e incesto, argumentando que esas cuestiones deben resolverse a nivel local.
La contienda electoral es crucial no solo para ambos candidatos, sino también para el futuro inmediato del Partido Republicano en Texas, un bastión conservador desde la llegada de Ronald Reagan. La importancia de este debate radica en que puede influir en el 3-4% de los votantes indecisos, que empezarán a emitir su voto por correo en unas semanas. A medida que las elecciones se acercan, el interés en esta carrera crece, especialmente dado que los demócratas no han enviado a nadie al Senado desde 1988.
Colin Allred, quien representa a un distrito de Dallas y ha trabajado para establecer una imagen más moderada, se vio desafiado durante el debate a explicar sus cambios de posición sobre la frontera. Mientras que en 2018 calificó el muro fronterizo de Trump como «racista», en años recientes expresó su apoyo a «barreras físicas» a lo largo de la frontera, mostrando una evolución que busca equilibrar la seguridad con la crítica a las políticas extremas.
A pesar de la presión sobre Allred, el senador Cruz no pudo resistirse a vincular su rival con la administración demócrata, sugiriendo que ambos comparten visiones sobre la inmigración que podrían abrir las fronteras. Cruz, quien ha apoyado políticas severas de inmigración en línea con la postura de Donald Trump, calificó a Allred como un «extremista radical» y argumentó que su historial reciente en la Cámara de Representantes lo evidencia.
En este entorno de creciente competencia, Cruz lidera las encuestas, aunque su ventaja se ha reducido de forma significativa. Las cifras muestran a Cruz con una delantera de entre 3 y 5 puntos sobre Allred, quien ha logrado cerrar la brecha que lo separaba de su oponente. Esta elección se considera una de las pocas oportunidades en que los demócratas podrían arrebatar un escaño a los republicanos, lo que añade aún más presión a la campaña de Cruz.
Con la batalla por el Senado en Texas al rojo vivo, ambos candidatos están intensificando sus esfuerzos de recaudación de fondos. Alrededor de 100 millones de dólares se han destinado a campañas electorales en un estado donde los republicanos están viendo cómo sus márgenes se reducen con cada ciclo electoral. Allred ha superado a Cruz en recaudación, acumulando 38 millones de dólares en comparación con los 26 millones del senador.
La disputa de Texas se perfila como una de las más costosas de la historia. Con una combinación de imágenes provocativas y ataques directos, ambos candidatos están listos para hacer todo lo posible por captar la atención de los votantes de un estado que ha comenzado a mostrar signos de cambio político. La fecha límite para solicitar votos anticipados se acerca, y el desenlace de esta contienda podría tener implicaciones trascendentales no solo para Texas, sino también para el equilibrio político en el Senado de Estados Unidos.